Gestión de red

¿Qué es la gestión de red?

La gestión de red es el sistema de protección de los recursos de red de un ordenador a través de la administración y la supervisión mediante aplicaciones, dispositivos y sistemas.

¿Cómo pueden los administradores de red saber si esta goza de buena salud?

Las incoherencias o la falta de recursos a disposición de los usuarios denotan ineficacia o fallos de seguridad en el funcionamiento de la red. La administración de la red incluye realizar un seguimiento de cómo se utilizan los recursos a fin de confirmar que la red goza de buena salud. El funcionamiento se centra en mantener las funciones de la red, incluida la detección proactiva de errores o problemas y la supervisión de todo el tráfico de red. El mantenimiento será necesario cuando los recursos de red, ya sean hardware o software, precisen actualizaciones.

Soluciones, productos o servicios relacionados de HPE

¿Por qué es importante la gestión de red?

Una supervisión total y un mantenimiento exhaustivo son esenciales para asegurar el buen estado y la funcionalidad óptima de una red. Con los ataques constantes que sufren las redes y el aumento de riesgos asociado a un flujo de datos comprometido, la necesidad de la gestión de red se incrementa de manera exponencial.

La gestión de red no solo es necesaria para la protección proactiva frente a las amenazas, sino que los centros de gestión inteligente también tienen la capacidad para convertir los datos arbitrarios en datos útiles que proyectan tu red y tu empresa hacia el futuro. Este proceso es posible a través de unas soluciones de gestión de red con capacidades analíticas y automáticas.

En lo que respecta al rendimiento de la red, la gestión de red identifica y reduce los problemas y los atascos en la red que, de otro modo, impedirían el flujo normal de las operaciones internas y tendrían un impacto en la experiencia del usuario.

Con el apoyo adicional del software y hardware de gestión de red en el seno de la infraestructura de tu empresa, consigues la capacidad para abordar problemas de manera rápida y resolver disrupciones o amenazas a la seguridad en los flujos de trabajo.

¿Cómo funciona la gestión de red?

Para mantener la seguridad y la fiabilidad del funcionamiento de las redes informáticas, la gestión de red emplea una variedad de herramientas, tecnologías y procesos. He aquí cómo funciona:

 

  • Monitorización de redes: la gestión de red suele comenzar con una monitorización constante de la infraestructura de red. Para ello, se recopila información sobre los dispositivos de red, patrones de tráfico, indicadores de rendimiento e incidentes de seguridad.
  • Recopilación de datos: se emplean diversos agentes y herramientas de gestión de red para recopilar datos de los dispositivos de red, como enrutadores, conmutadores, servidores y cortafuegos. Estos datos pueden incluir el estado de los dispositivos, el consumo de ancho de banda, las tasas de error, etc.
  • Análisis de rendimiento: los administradores de red utilizan los datos obtenidos para evaluar el rendimiento de la red. Examinan mediciones como la latencia, el rendimiento y la pérdida de paquetes para descubrir problemas de cuellos de botella o rendimiento.
  • Gestión de configuración: la configuración de la red resulta crucial para su estabilidad y seguridad. Los sistemas de gestión de red supervisan las configuraciones de los dispositivos para garantizar el cumplimiento de las mejores prácticas y regulaciones de seguridad.
  • Detección y solución de fallos: los sistemas de gestión de redes pueden identificar y avisar a los administradores de problemas o anormalidades en la red, como fallos de dispositivos, dificultades de conexión o patrones de tráfico extraños. A continuación, los administradores pueden llevar a cabo acciones inmediatas para solucionar estos problemas.
  • Gestión de la seguridad: la seguridad de red constituye un componente esencial de la gestión de red. Consta de métodos de seguridad, como cortafuegos, sistemas de detección de intrusiones y listas de control de acceso para proteger a la red frente a accesos no autorizados o amenazas cibernéticas.
  • Calidad de servicio (QoS) y análisis de tráfico: los sistemas de gestión de red a menudo contienen características de análisis de tráfico para supervisar y priorizar el tráfico de red. Se pueden emplear técnicas de calidad de servicio (QoS) para garantizar que las aplicaciones vitales cuenten con el ancho de banda y los recursos de red adecuados.
  • Asignación de recursos y equilibrio de carga: las tecnologías de gestión de redes distribuyen de forma efectiva los recursos de red. Esto puede incluir la distribución de tráfico a través de numerosos servidores o mejorar el uso del ancho de banda disponible.
  • Planificación de la capacidad: los administradores de red se preparan para las futuras necesidades de capacidad analizando los datos y las tendencias del pasado. Esto garantiza que la red pueda responder al aumento de las demandas de los usuarios y las aplicaciones.
  • Supervisión de eventos de seguridad: las soluciones de gestión de redes también supervisan los eventos de seguridad. Pueden detectar y responder a problemas de seguridad examinando registros, detectando anormalidades y generando alarmas.
  • Administración remota: a medida que las redes se van descentralizando y se extiende el trabajo remoto, con frecuencia, los sistemas de gestión de redes incluyen características de gestión remota. Los administradores pueden controlar y supervisar las redes desde cualquier ubicación que cuente con una conexión a Internet.
  • Elaboración de informes y documentación: los sistemas de gestión de redes crean informes y documentación para ofrecer información sobre el rendimiento, el cumplimiento y la seguridad de la red. Estos informes ayudan a los administradores a tomar decisiones fundamentas, así como a mantenerse al corriente de la actividad de la red.
  • Automatización: en la gestión de red, la automatización está adquiriendo una importancia creciente. Las herramientas y los scripts de automatización pueden automatizar procesos repetitivos, aplicar regulaciones de red y responder a eventos en tiempo real.

 

La gestión de red es un proceso de varias facetas que incluye monitorización continua, análisis, gestión de configuración y medidas de seguridad para garantizar el rendimiento y la seguridad de las redes informáticas. Se adapta a las necesidades en evolución de las organizaciones y ayuda a los administradores a abordar proactivamente los problemas y optimizar las operaciones de red.

¿Cuáles son los componentes de un sistema de gestión de red?

Gestión de fallos de red

La gestión de fallos de red es la capa de gestión que detecta los fallos (comúnmente conocidos como errores). El objetivo principal de la gestión de fallos no solo es detectar, aislar y resolver el problema, sino también mantener un registro del proceso de resolución. Esto protege frente a fallos futuros que tengan la misma causa.

Gestión de configuración

La misión de la gestión de la configuración de red es configurar la red y todos los dispositivos conectados y vinculados para hacer determinadas funciones. Su tarea consiste en indicar al sistema y a los ordenadores cómo actuar y qué hacer. Los gestores de red deben mantener, estructurar y actualizar los ajustes de configuración, la configuración del host mediante la supervisión de los servidores y las direcciones IP y almacenar estas credenciales de manera segura, además de actualizarlas cuando sea necesario.

Administración de la contabilidad

La administración de la contabilidad de red se refiere al mantenimiento de los servicios de administración o contabilidad. Las responsabilidades incluyen tareas administrativas, como garantizar que los usuarios dispongan de nombres de usuario, contraseñas o ajustes de autorización específicos, además de mantener una facturación de los recursos sobre la base del uso.

Gestión del rendimiento

Para mantener la eficacia de la red, la gestión del rendimiento de la misma resulta fundamental. Esta gestión se lleva a cabo mediante la recopilación y el análisis de datos y mediante la fijación de unos umbrales de funcionamiento. Los datos pueden indicar rendimientos deficientes o identificar puntos de la red que requieran actualizaciones.

Gestión de la seguridad

La gestión de la seguridad de la red promueve la protección de la estructura de red, que se establece a través de la implementación de cortafuegos, servidores proxy, software antivirus y sistemas para detectar cualquier intento de acceso no autorizado. Estas medidas de seguridad supervisan todo el tráfico en la red y pueden extender la protección mediante la implementación de sistemas de seguridad físicos y de vigilancia.

Retos y ventajas de la gestión de red

Desafíos de la gestión de redes Ventajas de la gestión de redes
1. Complejidad: gestionar redes modernas resulta complejo, debido a la diversidad de dispositivos, protocolos y tecnologías. 1. Fiabilidad mejorada: una gestión de red efectiva reduce el tiempo de inactividad y garantiza la fiabilidad de la red, lo que beneficia a los usuarios y las organizaciones.
2. Amenazas de seguridad: los desafíos de la seguridad de red, como los ciberataques y las brechas de datos, requieren una vigilancia y unos esfuerzos de mitigación constantes. 2. Seguridad mejorada: la gestión de red fortalece la seguridad buscando amenazas e implementando medidas de protección.
3. Escalabilidad: a medida que crecen las redes, resulta cada vez más complicado escalar recursos y garantizar el rendimiento. 3. Infraestructura escalable: planes de gestión de redes orientados a la escalabilidad, que permite a las redes adaptarse de forma fluida al crecimiento.
4. Cambios tecnológicos rápidos: mantenerse al día con los nuevos estándares y tecnologías puede resultar complicado y requerir una gran cantidad de recursos. 4. Capacidad de adaptación: la gestión de red ayuda a las redes a adaptarse a los nuevos estándares y tecnologías. De este modo, garantiza que se mantengan actualizadas.
5. Supervisión y solución de problemas: la supervisión continua y la rapidez en la solución de problemas requieren un esfuerzo significativo. 5. Resolución de problemas eficiente: las herramientas de gestión de red ayudan a identificar y resolver rápidamente los problemas, y esto minimiza a su vez las disrupciones.
6. Coste: implementar soluciones de gestión de red fiables puede conllevar desembolsos iniciales. 6. Ahorros de costes: una gestión de red efectiva reduce los costes de las operaciones y minimiza los gastos inesperados a largo plazo.
7. Errores humanos: los errores humanos en la configuración y la solución de problemas pueden acarrear problemas de red. 7. Reducción de los errores humanos: la automatización y los procesos estandarizados en la gestión de red ayudan a reducir los errores humanos.

 

Aunque la gestión de red presenta desafíos, también ofrece ventajas considerables, como la mejora de la fiabilidad y la seguridad, la escalabilidad, la capacidad de adaptación, la resolución de problemas eficiente, el ahorro de costes y la reducción de los errores humanos. Estas ventajas la convierten en una práctica esencial para las organizaciones en el paisaje digital actual.

La importancia de la gestión de red

La gestión de red resulta crítica para un funcionamiento efectivo y sin sobresaltos de las redes informáticas contemporáneas. Incluye una variedad de acciones y procedimientos destinados a supervisar, configurar, proteger y optimizar los recursos y servicios de red. Varios temas esenciales engloban la importancia de la gestión de red.

La gestión de red mejora su fiabilidad y disponibilidad. Los administradores pueden identificar y resolver problemas proactivamente realizando un seguimiento del rendimiento de la red. Esto reduce el tiempo de inactividad y garantiza que los servicios clave se encuentren disponibles para los usuarios.

También aumenta el uso y la eficiencia de los recursos. Las soluciones de gestión de redes permiten a los administradores distribuir adecuadamente los recursos, minimizar el uso del ancho de banda y evitar la infrautilización. Esto resulta de especial importancia en redes de gran escala, porque la asignación de recursos influye enormemente en el rendimiento general.

El paisaje digital se encuentra repleto de riesgos de seguridad y debilidades, y la gestión de redes mejora la seguridad supervisando la actividad sospechosa y adoptando medidas de seguridad para defenderla frente a accesos no deseados y brechas de datos. Todo ello forma parte de una administración de red efectiva.

Además, la gestión de red promueve la escalabilidad y la expansión. A medida que crecen los negocios, también lo hacen sus requisitos de red. Las herramientas de gestión de red ayudan a planificar e implementar mejoras para adaptarse al crecimiento. De este modo, se garantiza que la red sea capaz de resistir el aumento de la demanda.

Dado que numerosos sectores dan un gran valor a los requisitos de cumplimiento y regulatorios, la gestión de red ayuda a las empresas a cumplir estos compromisos, proporcionando la supervisión y documentación necesarias para demostrar el cumplimiento de los estándares y la legislación aplicables.

La gestión de red resulta esencial para mantener una infraestructura de red fiable, eficiente y segura. Contribuye al rendimiento general de la red de una organización, así como a su crecimiento y cumplimiento, lo que la convierte en un componente crítico de las operaciones de TI modernas.

Mejores prácticas de los servicios de gestión de red

Una gestión de red efectiva resulta crítica para garantizar la fiabilidad, el rendimiento y la seguridad de la red informática. Resulta esencial utilizar mejores prácticas para lograr estos objetivos. Estas son algunas mejores prácticas de los servicios de gestión de red:

 

  • Documentación: mantén registros precisos de tu arquitectura de red, como diagramas de la red, configuraciones de dispositivos, direcciones IP e inventarios de activos. Este material es esencial para diagnosticar, planificar y mantener una administración de red eficiente.
  • Auditorías y evaluaciones de red regulares: lleva a cabo auditorías y evaluaciones de red rutinarias para encontrar debilidades, trampas para el rendimiento y lugares donde puedan aplicarse mejoras.
  • Segmentación de red: para mejorar la seguridad y regular el acceso, divide tu red en varias zonas VLAN (red de área local virtual). Esta separación ayuda a evitar que los atacantes puedan desplazarse lateralmente y reduce el efecto de las brechas de seguridad.
  • Control de acceso y autenticación: implementa controles de acceso y procedimientos de autenticación fiables para garantizar que solo los usuarios y dispositivos autorizados puedan acceder a los recursos de red. Algunos ejemplos incluyen el control de acceso basado en roles (RBAC) y la autenticación de dos factores (2FA).
  • Gestión de reparaciones: mantén todos los dispositivos de red y el software al día con las últimas reparaciones y actualizaciones de seguridad. Los hackers pueden explotar vulnerabilidades de los equipos de red. Por tanto, resulta crucial aplicar las reparaciones cuanto antes.
  • Monitorización de redes: monitoriza el rendimiento y la seguridad de la red de forma ininterrumpida. Realiza el seguimiento del estado de los dispositivos, las tendencias del tráfico y los incidentes de seguridad con tecnologías de monitorización de redes. Configura alertas para actividades inusuales y establece criterios de rendimiento.
  • Plan de respuesta a incidencias: crea y mantén un plan de respuesta a incidencias que explique cómo respondes a los problemas de seguridad y las interrupciones de red. 
  • Copia de seguridad y recuperación: implementa copias de seguridad de datos frecuentes y métodos de recuperación ante desastres para asegurar la disponibilidad de los datos en caso de interrupciones de red, corrupción de datos o ataques cibernéticos. Prueba estas copias de seguridad periódicamente para asegurarte de que pueden restaurarse adecuadamente.
  • Redundancia y equilibrio de carga: utiliza técnicas de equilibrio de carga para distribuir el tráfico de red de forma homogénea a través de varios servidores o rutas, y reducir así la posibilidad de que se produzcan sobrecargas o fallos. Para reducir el tiempo de inactividad, implementa redundancia en los componentes cruciales de la red.
  • Segregación de red para pruebas y desarrollo: configura entornos de red segregados para pruebas y desarrollo, con el fin de evitar que las configuraciones o aplicaciones experimentales interfieran con la red de producción.
  • Educación y formación regulares: educa a los administradores y al personal de red sobre las últimas herramientas, tecnologías y mejores prácticas de seguridad. La formación en ciberseguridad resulta crucial para mantenerse al tanto de los nuevos peligros.
  • Cumplimiento y legislación: asegúrate de que tus métodos de gestión de red respetan los requisitos de cumplimiento y la legislación del sector.
  • Planificación de la escalabilidad: mantén la futura expansión y escalabilidad en mente cuando planifiques y operes tu red. Tu red puede gestionar volúmenes cada vez mayores de tráfico, dispositivos y servicios sin provocar interrupciones importantes.
  • Soporte y mantenimiento de proveedores: conserva los acuerdos de soporte con los proveedores de equipos de red para garantizar que cuentas con acceso a actualizaciones, reparaciones y asistencia técnica cuando lo necesites.
  • Gestión del cambio: implementa un procedimiento de gestión del cambio sistemático que requiera documentar y aprobar las modificaciones de red. Esto ayuda a evitar configuraciones erróneas involuntarias y garantiza que las modificaciones se realizan con la comprensión absoluta de las posibles consecuencias.

 

Al seguir estas mejores prácticas de los servicios de gestión de red, las organizaciones pueden mantener una infraestructura de red de alto rendimiento estable y segura que sirva de apoyo a sus objetivos empresariales, al tiempo que evita los riesgos y las interrupciones.

¿Cuál es la finalidad de la gestión de red?

El objetivo de la gestión de red consiste en garantizar que las redes informáticas operen de forma segura y fiable. Conlleva una serie de acciones, procedimientos y tecnologías destinados a regular, supervisar y optimizar los recursos de red para responder a las demandas de los usuarios, las aplicaciones y las organizaciones. Estas son las finalidades principales de la gestión de red:

  • Optimizar el rendimiento de la red: la gestión de red tiene como objetivo maximizar el rendimiento de la red, garantizando que opera de forma eficiente.
  • Garantizar la fiabilidad de la red: uno de los objetivos principales de la gestión de red consiste en mantener la fiabilidad de los servicios de red. Esto conlleva una supervisión proactiva para identificar y responder a los problemas antes de que provoquen disrupciones, minimizar el tiempo de inactividad y maximizar el tiempo de actividad de la red.
  • Mejorar la seguridad de red y la solución de problemas: la gestión de red implementa medidas de seguridad para proteger los datos y evitar ciberataques. Simultáneamente, permite acelerar la solución de problemas, para garantizar un funcionamiento fluido de la red, al tiempo que se mantiene su seguridad.
  • Administración remota y escalabilidad: las herramientas de gestión de red facilitan una vigilancia remota, que resulta crucial ante la creciente tendencia del trabajo remoto. Además, planifican la escalabilidad de red, que permite la adaptación ante el aumento de las demandas del tráfico, los dispositivos y los servicios, sin poner en peligro el rendimiento ni la seguridad.
  • Asignación de recursos: la gestión de red asigna de forma efectiva los recursos de red como el ancho de banda, la capacidad de los servidores y el almacenamiento. Esto garantiza que las aplicaciones críticas reciban los recursos necesarios sin que estos se desperdicien o se sobreutilicen.
  • Control de costes: una gestión de red eficiente ayuda a controlar los costes optimizando el uso de recursos, minimizando los gastos innecesarios y reduciendo el consumo de energía. Garantiza que las inversiones en infraestructura de red proporcionen valor a la organización.
  • Documentación y elaboración de informes: la gestión de red incluye la documentación de configuraciones de red, datos de rendimiento e incidentes de seguridad. La elaboración de informes sobre el estado de la red y el cumplimiento ayuda a los responsables a tomar decisiones informadas.

Gestión de red vs. automatización de redes

Aspecto Gestión de red Automatización de redes
1. Definición Implica la supervisión y el control humanos para monitorizar, configurar, proteger y optimizar recursos y servicios de red. Utiliza software y scripts para realizar tareas y cambios relacionados con la red de forma automática.
2. Dependencia humana La gestión de red depende de los administradores humanos para la toma de decisiones y la realización de acciones sobre la base de los datos de red. La automatización de red reduce la intervención humana creando scripts de tareas rutinarias, introduciendo cambios y respondiendo a los eventos de red sin necesidad de entradas manuales.
3. Adaptación en tiempo real Habitualmente, las decisiones y acciones de la gestión de red se basan en supervisión y análisis en tiempo real, aunque puede ser necesaria la intervención humana. La automatización de red puede responder a los eventos de forma instantánea, implementando acciones predefinidas sin retrasos, lo cual puede resultar beneficioso en entornos sujetos a rápidos cambios.
4. Gestión de la complejidad Resulta adecuada para gestionar redes complejas, en las que la capacitación humana es esencial para la toma de decisiones, especialmente en situaciones únicas o inesperadas. Ideal para gestionar tareas repetitivas y configuraciones rutinarias, simplifica la gestión en grandes redes dinámicas.
5. Eficacia Aunque asegura la estabilidad y seguridad de la red, la gestión de red puede introducir tiempos de respuesta más largos debidos a la participación humana. La automatización de redes tiende a ser altamente eficaz, al reducir los tiempos de respuesta y minimizar el riesgo de errores humanos en tareas rutinarias.

 

La gestión de red depende de administradores humanos para la toma de decisiones y resulta adecuada para situaciones complejas. En contraste, la automatización de redes se centra en la eficacia y puede gestionar tareas repetitivas con una intervención humana mínima. Ambas tienen roles en las operaciones de red modernas, en función de las necesidades específicas y la complejidad del entorno de red.

¿Cuáles serían algunos ejemplos de tareas de gestión de red?

A continuación encontrarás ejemplos esenciales de tareas de gestión de red:

  • Supervisión del rendimiento de la red: seguimiento del rendimiento de la red en tiempo real, en busca de cuellos de botella, e identificando posibles problemas. Esto incluye el seguimiento del uso del ancho de banda, la latencia, la pérdida de paquetes y el estado de los dispositivos.
  • Gestión de configuración: incluye la configuración de enrutadores, conmutadores y cortafuegos para satisfacer las necesidades de la organización. La implementación de regulaciones de red, limitaciones de acceso y características de calidad de servicio se engloba también en este concepto.
  • Gestión de la seguridad: protección de la red frente a ciberataques, accesos ilegales y brechas de datos. Las tareas incluyen configurar cortafuegos y sistemas de detección de intrusiones, así como mantener el cumplimiento de las reglas de seguridad.
  • Detección de fallos y solución de problemas: incluye determinar el origen de los problemas, como interrupciones de red o un deterioro del rendimiento, y tomar los pasos necesarios para solucionarlos lo antes posible.
  • Planificación de la capacidad y escalabilidad: planificar para el futuro evaluando los requisitos de capacidad y escalabilidad de la red. Los administradores de red deben planificar pensando en la expansión y garantizar que la red pueda admitir más usuarios, dispositivos y servicios sin degradar el rendimiento.

 

Estas acciones garantizan una infraestructura de red estable, eficaz y segura.

Marcos y modelos de la gestión de redes

A. Protocolo simple de administración de redes (SNMP):

1. Arquitectura y componentes del protocolo simple de administración de redes (SNMP):

SNMP es un protocolo que se utiliza para la supervisión y gestión de redes. Su arquitectura incluye tres componentes principales:

- Dispositivos gestionados: se trata de dispositivos de red, como los enrutadores, conmutadores y servidores, con agentes SNMP instalados. Estos agentes recopilan y comparten información acerca del estado y rendimiento del dispositivo.

- Gestor SNMP (o NMS): el gestor SNMP supervisa y administra los dispositivos gestionados. Envía solicitudes SNMP para recuperar información. También puede enviar cambios de configuración o alertas a los dispositivos.

- Protocolo SNMP: SNMP define el protocolo de comunicación que facilita que el gestor y los dispositivos gestionados intercambien información. SNMP utiliza un modelo simple de solicitud y respuesta, donde el gestor emplea los métodos Get o Set para solicitar datos, y los dispositivos responden con información o realizan acciones.

 

2. Base de información gestionada (MIB) SNMP:

La base de datos de MIB de SNMP almacena información acerca de los dispositivos gestionados. Las bases de información gestionada (MIB) utilizan una estructura jerárquica y se organizan como árboles, en los que cada rama contiene información acerca de un aspecto específico del dispositivo o la red. Los objetos de las bases de información gestionada (MIB) se identifican con identificadores de objeto (OID), que son valores numéricos que representan de forma exclusiva a cada objeto. Los identificadores de objeto (OID) se utilizan para consultar y recuperar información específica de los dispositivos gestionados.

 

3. Versiones de SNMP y consideraciones de seguridad:

- El protocolo simple de administración de redes (SNMP) ha evolucionado a través de varias versiones. De ellas, SNMPv3 es la más segura y extendida.

- SNMPv1 y SNMPv2c presentaban vulnerabilidades de seguridad, que incluían mecanismos de autenticación débiles. SNMPv3 introdujo características de seguridad fiables, como la autenticación y el cifrado.

- Las consideraciones de seguridad en SNMP incluyen implementar autenticación sólida (p. ej: usar SNMPv3 con autenticación HMAC-MD5 o HMAC-SHA), usar cifrado (p. ej: DES o AES) y configurar listas de control para restringir el acceso a los agentes SNMP. 

B. Sistemas de gestión de redes (NMS):

1. Funciones y capacidades de los sistemas de gestión de redes (NMS):

NMS es una plataforma de software que proporciona gestión y supervisión centralizada de dispositivos y servicios de red. Sus funciones incluyen:

- Descubrimiento e inventario de dispositivos.

- Supervisión en tiempo real del rendimiento y estado de la red.

- Gestión de configuración y seguimiento de cambios.

- Detección y alertas de fallos.

- Elaboración de informes y análisis.

- Gestión de la seguridad.

- Integración con otros componentes y herramientas de red.

 

2. Principales herramientas y software de los sistemas de gestión de redes (NMS):

Las herramientas de NMS más populares incluyen:

- Centro de Gestión Inteligente (IMC) de HPE:

- Monitor de rendimiento de la red de SolarWinds.

- Monitor de red PRTG.

- Nagios.

- Cisco Prime Infrastructure.

- Zabbix.

- La elección de la herramienta de NMS depende de las necesidades específicas y la escala de la red.

 

3. Integrar NMS con otros componentes de red:

NMS se puede integrar con diversos componentes de red, como los siguientes:

- Agentes SNMP en dispositivos gestionados.

- Recopiladores de flujo para analizar el tráfico de red.

- Servidores de siglo para recopilar datos de registros.

- Bases de datos de gestión de configuración (CMDB) para realizar el seguimiento de configuraciones de dispositivos.

- Sistemas de tickets para la gestión de incidencias.

- La integración mejora las funcionalidades de los NMS y proporciona una vista completa de las operaciones de la red. 

 

C. Biblioteca de infraestructura de TI (ITIL) y gestión de redes:

1. Descripción general del marco de ITIL:

ITIL es un conjunto de prácticas para la Gestión de servicios de TI (ITSM) que se centra en alinear los servicios de TI con las necesidades del negocio. Proporciona un marco para entregar servicios de TI y darles soporte de forma efectiva.

 

2. Procesos ITIL aplicados a la gestión de redes:

Los procesos ITIL que se aplican a la gestión de redes incluyen los siguientes:

- Gestión de incidencias: gestión y solución de incidencias e interrupciones de la red.

- Gestión de problemas: identificación y gestión de problemas de red recurrentes.

- Gestión del cambio: gestión de los cambios en la red para minimizar las disrupciones.

- Gestión del nivel de servicio: garantía de que los servicios de red cumplen los niveles de servicio acordados.

- Gestión de capacidad: planificación de la capacidad de la red para satisfacer demandas futuras.

- Gestión de configuración: mantenimiento de registros precisos de las configuraciones de red.

- Gestión de la disponibilidad: garantizar que la disponibilidad de la red se ajusta a las necesidades empresariales.

 

3. Mejores prácticas basadas en ITIL para la gestión de redes:

Las mejores prácticas basadas en ITIL para la gestión de redes incluyen:

- Creación de un catálogo de servicios que defina los servicios de red y sus niveles de servicio asociados.

- Desarrollo de procedimientos de gestión de incidencias y problemas para resolver los problemas de red rápidamente.

- Implementación de un proceso de gestión del cambio para evaluar y aprobar los cambios en la red.

- Uso de la planificación de la capacidad para prever el crecimiento de la red y evitar problemas de rendimiento.

- Establecimiento de la gestión de configuración para mantener una documentación de red precisa.

Mejores prácticas de la gestión de redes

A. Adoptar estrategias de gestión de red proactivas:

La gestión de red proactiva resulta crucial para evitar problemas antes de que disrumpan las operaciones de red. Estas son algunas mejores prácticas:

  • Supervisión continua: supervisión regular del rendimiento y estado de la red para identificar problemas antes de que se vuelvan críticos. Esto permite tomar acciones preventivas para mantener la estabilidad de la red.
  • Análisis predictivo: uso de datos y análisis históricos para predecir potenciales problemas de red. Puedes evitar el tiempo de inactividad y las interrupciones de servicio abordando estos problemas por adelantado.

B. Implementar un plan de gestión de red completo:

Un plan de gestión de red efectivo ayuda a garantizar que las operaciones de red se alineen con los objetivos de la organización y las mejores prácticas del sector. Algunas de las mejores prácticas clave incluyen las siguientes:

  • Definir objetivos claros: establece objetivos y metas claros para la gestión de red. Debes comprender qué es lo que se debe supervisar, proteger y optimizar para que se alinee con las necesidades de tu organización.
  • Documentación: mantén una documentación detallada de las configuraciones, las políticas y los procedimientos de la red. Esta documentación sirve como una valiosa referencia para la solución de problemas y la planificación para el futuro.
  • Actualizaciones y revisiones regulares: revisa continuamente tu plan de gestión de red para adaptarlo a los cambios en las tecnologías y los requisitos organizativos. Asegúrate de que se mantiene alineado con los objetivos empresariales.

C. Garantizar la escalabilidad y la flexibilidad en la gestión de red:

Las redes deben adaptarse a los cambios en las necesidades empresariales y los avances tecnológicos. La escalabilidad y la flexibilidad resultan esenciales:

  • Arquitectura escalable: diseña tu infraestructura de gestión de red para que pueda adaptarse al crecimiento. Asegúrate de que pueda gestionar dispositivos, servicios y tráfico adicionales sin una degradación significativa del rendimiento.
  • Flexibilidad en las herramientas y los procesos: elige prácticas y herramientas de gestión de red que sean adaptables a distintos entornos de red y que puedan integrarse con diversos dispositivos y proveedores. Esta flexibilidad sirve de apoyo a la evolución de las necesidades de la red.
  • Automatización: implementa la automatización siempre que sea posible para optimizar las tareas de gestión de red. La automatización puede ayudar a gestionar la escalabilidad con eficacia, al reducir la carga sobre los administradores humanos en redes de gran tamaño o en fase de crecimiento.

 

Al adoptar estas mejores prácticas de gestión de redes, las organizaciones pueden abordar proactivamente los problemas, mantener la fiabilidad y seguridad de sus redes y asegurarse de que sus operaciones de red se encuentran libres de obstáculos.

Tendencias futuras para la gestión de redes

Estas son las tendencias futuras para la gestión de redes:

A. Redes definidas por software (SDN) y virtualización de red:

  • Crecimiento de las SDN: la adopción de las redes definidas por software (SDN) va a continuar. Separan el control de la red y los datos para una gestión más accesible y flexible.
  • Predominancia de la virtualización de red: las tecnologías de virtualización de red, como VLAN y VPN, serán cada vez más comunes y simplificarán el aprovisionamiento de red al tiempo que mejorarán la seguridad.
  • Conectividad multinube: las redes definidas por software y la virtualización de red resultarán esenciales para obtener conectividad y gestión fluidas a través de varios proveedores de nube e infraestructuras locales.

B. Inteligencia artificial y aprendizaje automático en la gestión de red:

  • Análisis predictivos: la IA y el aprendizaje automático predecirán los problemas de red y de este modo, mejorarán la resolución de problemas proactiva y la optimización de recursos.
  • Detección de anomalías: los sistemas impulsados por la IA identificarán y responderán automáticamente a las amenazas de seguridad y los patrones de red inusuales.
  • Resolución automatizada: los sistemas impulsados por IA resolverán de forma autónoma los problemas de red comunes, y por tanto, reducirán las intervenciones manuales.
  • Optimización dinámica: los algoritmos de inteligencia artificial adaptarán en tiempo real las configuraciones de red a los cambios en los patrones del tráfico y las necesidades de las aplicaciones.

 

C. Conectividad de red basada en la intención (IBN) y gestión de red autónoma:

  • Adopción de la IBN: la conectividad de red basada en la intención (IBN) simplificará la gestión de red alineándola con los objetivos empresariales.
  • Redes con recuperación automática: los sistemas autónomos se autodiagnosticarán y repararán los problemas de red, lo que reducirá el tiempo de inactividad.
  • Automatización avanzada: las redes se ajustarán automáticamente a los cambios en las cargas de trabajo, las amenazas de seguridad y las fluctuaciones del tráfico.
  • Computación en el extremo y segmentación: la segmentación de red permitirá una gestión autónoma en contextos de 5G y computación en el extremo, al personalizar el rendimiento para las distintas aplicaciones.
  • Zero-Touch Provisioning: los procedimientos Zero-touch provisioning se generalizarán para optimizar la configuración e implementación de dispositivos de red.

Gestión de red HPE

HPE ofrece una variedad de soluciones de gestión que benefician y favorecen un estado operativo óptimo dentro de tu red de datos. HPE Intelligent Management Center (IMC) Orchestrator and Analyzer simplifica los procesos de la gestión de red y la supervisión de las operaciones a través de automatización y análisis. Esto beneficia a los entornos de red que necesitan escalar rápidamente debido a un crecimiento explosivo del tráfico.

HPE Aruba Edge Services Platform (ESP) es una solución nativa de la nube que gestiona toda la infraestructura inalámbrica, con cable y WAN. Además, se ejecuta en todas las ubicaciones, ya sean ubicaciones remotas, centros de datos o en un campus al completo. Aruba Central se ejecuta sobre inteligencia artificial integrada que proporciona análisis exhaustivos, además de alertas y conocimientos inteligentes. Con Aruba ESP, se obtienen mejores resultados empresariales y mayor eficacia operativa, puesto que mejora los programas diseñados para convertir datos del extremo.

Al unificar la infraestructura mediante visibilidad del contexto y brindar unas operaciones de TI simplificadas, la seguridad edge-to-cloud de HPE alivia una pesada carga para tus equipos de TI. También integra autenticación, autorización, supervisión ininterrumpida del rendimiento y gestión de amenazas incorporada en tu infraestructura empresarial.